Refl.-06-/-10-

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-06-

      Esta visión de las cosas, anteriormente comentadas, pretende ofertar unos compases de la sinfonía de la existencia, una posibilidad  de sintonizar con las energías hacia el encuentro con la Esencia. Cada estimación es una búsqueda hacia el equilibrio, un paso hacia el conocimiento, un aprendizaje hacia el encuentro con el conocimiento.
      La vulnerabilidad necesita del equilibrio de la invulnerabilidad para abrir el camino hacia el encuentro con el paradigma de que somos Uno.
      El arte de ser consciente en busca de la sintonía es la habilidad de seguir el sendero sin que la melle el desánimo.
     Las estrategias sobre las percepciones, las sensaciones, los pensamientos filtrados por el conocimiento, la experiencia, los valores… son las que configuran lo que somos. En buena medida son el eje sobre lo que pensamos y hacemos. “Ver para creer”, pero también “Creer para ver.”
     Ser conscientes implica ser conocedores de nuestras estrategias de pensamiento y la calibración de las consecuencias. Aprender es importante pero vital qué se hará con ese conocimiento.
      A lo largo de las páginas siguientes encontrarás que las palabras sólo son vehículo de comunicación, nos acercan a paradojas, aparentes contradicciones,  connotaciones, mensajes suge-rentes, sugestiones… Si fías más allá de ellas encontrarás un lenguaje entre líneas, un metalenguaje que intenta hacerte reflexionar, llevarte a imaginar, a la contradicción. Piensa que tu cuerpo mental lee más allá de las palabras y tu Esencia ya estará allí para cuando llegues al final. Escucha el alma. Ábrete a la intuición y tu ángel te llevará al mundo de las imágenes, a crear un lenguaje nuevo que puede cambiar tus paradigmas, para que llegues a conectar con tu Esencia. Escúchala y encontrarás la manera de volar, más allá del pensamiento. Las palabras sólo son el pentagrama, tú pones la música.

(Extraido del Libro: “Destellos hacia la consciencia” de Miguel Oller Gregori)
 
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      “Que la magnitud de la existencia anime tu valía y voluntad. Somos Uno en el Todo. La vida puede resultar como una pelota, bota por la fuerza que le imprimes y por la elasticidad de sus elementos. Las decisiones abren, cierran oportunidades. Observa lo que te sucede, sé consciente de cómo lo percibes, porque tus pensamientos crean las realidades que vives. Eres parte de un Universo mental. Naciste sin alas, te brindaste a que te crecieran y debes aprender a volar sin ellas, porque los deseos sin perspectiva minaran tu libertad. La pre-ocupación nace de la desconfianza. Cree para poder ver. Posiblemente llegues a padecer males que nunca existirán, porque aquello a lo que te resistes persiste. Las inquietudes que imaginas suelen hacer que pequeñas cosas te asusten con sus grandes sombras. Si quieres mantenerte alejado de la frustración desea cosas que dependan de ti. Ante posibles infortunios piensa que es mejor encender una vela que maldecir la oscuridad. El propósito de la Vida te lleva a aprender para comprender y revelarte tu Esencia, reconociendo que eso que llamamos éxito consiste en vencer los reveses sin que el desánimo te turbe. Honra y agradece la existencia”.

(Extraido del Libro: “Destellos hacia la consciencia” de Miguel Oller Gregori)


-08-

“Es la mente
 lo que hace el bien o el mal,
la que hace mísero o feliz,
 rico o pobre.”
 Edmund Spencer


      Una noche, mientras hacia balance de una etapa poco afortunada, al buscar razones que justificaran esos derroteros, salió al balcón, inspiró una larga bocanada del aire fresco de marzo y al levantar la vista, una estrella fugaz se cruzó en sus pensamientos. Instintivamente cerró los ojos y pidió un deseo, con toda la intensidad y reconocimiento que le brindaba la aceptación de la urgencia de una respuesta.
      Una larga espiración le devolvió a la consciencia de querer buscar motivos, argumentos... de pelearse con su cuerpo mental indagando un sentido. Otra larga inspiración y en medio del silencio comenzó a escucharse. Por primera vez en mucho tiempo, comenzó a percibir su silencio en un lenguaje de armonía que le invitaba a la paz interior.
      Aquellos breves instantes le devolvieron un hálito de confianza, cuando la voz interior le indicó un camino: “Has venido a aprender fe.”
      Dejando a un lado la autocompasión se percató que su deseo empezaba a cumplirse cuando la consciencia le devolvió a su visión del magisterio, que había pasado por marcarse metas con poca perspectiva de la esencia. Había tratado de desempeñar su labor ajustando a moldes. El sometimiento a la constricción consiguiente hizo mella en su ánimo.
      Escuchando su silencio se percató de otra “realidad” y comenzó a regalarle su atención. Se inició a pensar con consciencia.

(Extraido del Libro: “Volar sin batir las alas” de Miguel Oller Gregori)


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“Tal como pienso, así soy;
 tal como siga pensando, así seré.
Aforismo


      La mayor parte de las veces no era consciente de lo que pensaba o por qué lo pensaba. Sabía que una tarea primordial era hacer aflorar a la consciencia ese cúmulo de intenciones, en sí misma primero, como alumna de la Vida, para poder entender, comprender y dejarse guiar.
Diariamente se enfrentaba a situaciones que trataba de mejorar, pensando a cada momento en el enfoque que le daba y qué estrategias utilizaba para resolverlas:
      —¿Qué ha pasado hoy? ¿Por qué llegas tarde? ¿Qué excusas me vas a dar?...
Habituales interrogantes con los que en un pasado trataba de abordar al consciente, aún a sabiendas de que no seguían un patrón de coherencia para lo que realmente pretendía conseguir.
Sabía que los cambios dependían de su deseo, creencias y expectativa, y exploró otras variantes:
      —¿De quién o qué dependería que hoy pudieras haber llegado puntual? ¿Qué pasaría si decidieras llegar cinco minutos antes? ¿Qué arreglos necesitarías hacer? ¿Cómo programas tu tiempo? ¿Qué pequeño paso crees podría ser el primero para ser puntual? ¿Qué pasaría si te demostraras que si quieres, puedes? ¿Qué obtienes cuando llegas tarde?...
      Cada interpelación era un acercarse al subconsciente, con el firme propósito de caminar hacia senderos clarificadores. Cada pregunta de propósito era un acercamiento a la consciencia de pensamiento, en un intercambio explorativo camino de la congruencia y de la comprensión.

(Extraido del Libro: “Volar sin batir las alas” de Miguel Oller Gregori)


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“Nada es tan bueno ni tan malo;
 es el pensamiento el que lo hace tal.”
W.  Shakespeare

      En su camino hacia la consciencia, cuando en su vocabulario o en su entorno se inmiscuían palabras  y sentencias como “es difícil”, “es un problema”, “ me estoy preocupando”, “resulta conflictivo”, “es caro”, “es complicado”, “es imposible.”.. con más frecuencia de la que aconsejaba la prudencia, era muy probable que su vida o la del interlocutor, al que oía semejantes decretos, se viera acosada por apremiantes necesidades, ofreciendo la sensación inconsciente, de que no se era dueño de la propia vida.
      Su visión del “mundo”, necesitaba constantemente unos reajustes, para no decretar ni aceptar decretos que supusieran merma a su potencial o facultades. Así lo aceptaba y así lo transmitía, sin tensión. Sabiendo que las manifestaciones a través de la palabra, provenían de un mundo interno, un terreno mental que había que cuidar y abonar convenientemente, para que las semillas, allí plantadas, ofrecieran opciones y éstas a su vez nuevas creencias y nuevos valores.
      Observaba en qué contextos de la vida se utilizaban y cómo afectaban o podían afectar y se entrenaba en cazar y enseñar a cazar esas actitudes mentales, transformándolas en otras más positivas, que la sensatez y coherencia aconsejaban. Aceptaba después, encauzarlas de la manera más acorde con sus sueños. Eran los primeros pasos para hacerse consciente de lo que deseaba y poder ayudarse. Cada nuevo camino de consciencia que construía, era una oportunidad que se brindaba, para que sus lágrimas no le impidieran ver las estrellas. Podía, porque creía que podía.
      Cuentan que un sabio al que llamaban Buda predicaba: “Eres lo que piensas, habiéndote convertido en lo que pensaste.”

(Extraido del Libro: “Volar sin batir las alas” de Miguel Oller Gregori)


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