SANAR
(Imagen creada por los autores de la web)
La madre acaba de desovar en el agua un centenar de futuras ranas. Dos años ha tenido que esperar a que su madurez se lo permitiera. En unos días el embrión dentro del huevo estará maduro para salir del cascarón. Es un misterio cómo se transforma de vertebrado acuático a terrestre. Su larga cola le permitirá moverse con soltura en su medio, respirando a través de branquias externas. Fruto del más elemental empujón de la vida comienza su derrotero. Empieza a alimentarse. Su hardware biológico, su sistema operativo, está a pleno rendimiento, sin ansia, sin deseo consciente. El agua le arropa El pequeño renacuajo, parecido a un cucharón, fía en su rapidez de movimientos para preservar su supervivencia. En doce días las branquias exteriores habrán desaparecido, dando paso a unos opérculos laterales que formarán parte de su sistema respiratorio. La cola se hace más robusta y la cabeza aumenta, definiéndose. El anfibio es arrastrado por el cambio, sin resistencia, sin presión. Adaptación, desplegando su energía vital. En un par de meses las patas traseras empezarán a dibujarse; el cuerpo estructurado le seguirá. Poco después, siguiendo el proceso de su morfología le aparecerán las patas delanteras. Libertad y propósito más allá de la consciencia. Llegados los tres meses, el cuerpo estará definido. Sus patas palmeadas le muestran otra forma de desplazamiento al haber desaparecido su cola. Sus grandes ojos se abren a otro nivel de percepción. Una buena parte de su proceso metamórfico ha concluido, sin falsas expectativas fruto de la conciencia, sin consciencia del logro, abriéndose al principio vital del ritmo. Todavía necesitará del agua para mantener su delicada estructura permeable, pero ya hace sus primeras incursiones a tierra. Se adapta a otra forma de alimentarse. Sus pulmones ya funcionan así como otro sistema cutáneo. Sus emociones son básicas. El agua, aire, tierra y calor le brindan su equilibrio vital. Como anfibio se abre a la dualidad complementaria. Sus mecanismos se abren al propósito de su especie. La existencia le ha dotado de un sistema respiratorio privilegiado. Conexión, supervivencia, ejemplo de adaptación.
El ser humano contempla cómo se parecen, la ley de correspondencia vela. El Alma le hace guiños a la comprensión.
¿Cómo metamorfosearías para sanar?
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