Soledad:

      El conjunto representado, como una ciudad o sociedad entre brumas, es el sentido que quiere expresar el concepto. Las “ventanas”, pequeñas islas donde la luz quiere ser un referente, representa esa necesidad de entrever hacia dónde se camina. Cuando se pierde el propósito en la vida la tendencia es a rebuscar en el pasado, retroalimentarse de recuerdos, encerrarse en un mundo que ya es pasado. Eso es la soledad. Cuando no se es capaz de observar más que el ombligo es soledad. No es tanto una condición de vivir rodeado, sino de sentirse parte de. El difuminado que impregna el dibujo es el mensaje del difuso propósito que encierra el concepto de la “soledad”, de sentirse sólo, aunque se esté rodeado de multitudes. Esa especie de bruma que lo envuelve es la falta de claridad en el propósito de la existencia. La sociedad relega cada vez más a esa soledad a ciertos grupos que, en su lectura empresarial, no tienen lugar. El dibujo es también una llamada a despejar esa espesa niebla, oscura, para que las ventanas dejen pasar más luz. Es una alerta al despropósito de no entender que somos Uno, y que desvincularnos de ese principio nos parece que es pan para hoy, pero es hambre para mañana.

Corazonadas:

      Corazonadas, viene representado por ese no saber identificar o distinguir el origen de ciertos mensajes, que parten o llegar al corazón. Impresiones procedentes de no se sabe que universo es lo que el dibujo representa. Las esferas indican centros, pensamientos que quedan disueltos en la maraña que tejen vanidades, envidias y odios. En medio de ese entramado se entrevén como unas venas que intentan conectarse. En medio del gris y negro un ojo, casi sin identificar, no quiere perderse el tratar de mirar, porque el ver es una decisión. En el conjunto infinidad e puntitos blancos, como pequeñas estrellas o luces de donde proceden los destellos que configuran presentimientos, aleteos del alma, corazonadas que intentan en vano racionalizar sentimientos y emociones, de ahí el color oscuro del conjunto. El blanco, el gris y el negro buscan su espacio para enfrentarse a ese universo del desconcierto y de la incertidumbre. Las corazonadas intentan abrirse camino más allá de lo que consideramos racional, aunque a veces, las más, opacadas por lo indefinido de su procedencia, aunque no tanto de su intención.