Refl.-46-/-50-
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“Más mueven los ejemplos,
 que las palabras.”
 Séneca

      Cuando se cuestionaba su proceder, guardaba silencio y escuchaba... Las respuestas eran legado de otros maestros.
    ¿Por qué...
... mantener la calma?
Invita al sosiego.
    ... sustentar la pulcritud?
    Estimula a la precisión.
... cuidar hablar en voz baja?
Predispone al silencio.
        ... disponer orden en las cosas?
     Promueve la armonía.
...  contemplar un habla positiva?
Estimula la comprensión.
    ... manifestar alegría?
    Contagia satisfacción.
... felicitar?
Incita la aceptación.
    ... escuchar conscientemente?
    Despierta el entendimiento.
... aceptar la pluralidad?
Atrae la tolerancia.
... animar a aprender?
Así mismo aprendemos.
...  mantener una actitud abierta?
Apremia a la creatividad.
... hallar remedios?
Previene la negligencia.
¿Qué sustenta la esperanza?
¿Por qué educar?

Porque es... generar sueños que invitan a volar.

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“No debemos dejar de explorar,
porque al final de nuestra exploración
llegaremos al punto de partida
y conoceremos el lugar por primera vez.”
T. S. Eliot

      Había cumplido casi los sesenta, y cuando se miró al espejo asintió que el tiempo, esa quimera, dejaba huellas: La memoria le jugaba al escondite, intentando rememorar algo sólido a lo que asirse.
      Recordaba algunos logros, aunque dudaba de ellos.
      Rememoraba heridas, aunque renegaba de ellas.
      Al mirarse a los ojos una mañana pensó si su lucha valió la pena; si lo que con tanto empeño había sostenido no se vendría abajo. El gusanillo de esa madurez le dijo que en realidad daba igual. Los días siguientes le persiguió el comezón al dudar de sus cometidos, su labor, su entrega.
      Ese atisbo de consciencia le volvió a insistir que estaba al final de una etapa, que era el comienzo de otra.
      El desaliento hizo presa, y trató de equilibrarlo repasando sus batallas, sus victorias y su botín... El pesimismo le dio otra dentellada al sopesar sus “trofeos.”
      Apartó los ojos... no se atrevió a sondear su mirada...
      En su paseo interior, se dio permiso a adentrarse en el presente... y decidió no caminar el pasado.

“En este momento su ángel le susurra:
«Tú eres apenas un instrumento de la luz.
 No hay motivos para vanagloriarse,
 pero tampoco para sentirse culpable;
 sólo hay motivos para la alegría.»
Y el guerrero de la luz,
consciente de que es un instrumento,
 se queda tranquilo y seguro.”
                                 Paulo Coelho

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“Existe en el ser humano
un principio de dirección
 y un “lugar” profundo
 que no cesa de impulsar al individuo
 desde su interior
 hacia su realización personal.”
 Ira Progoff

      Había descubierto que el camino del entendimiento empezaba en uno mismo. Quería cambiar el mundo, pero era consciente de que veía las cosas como él era. Sólo lo que pudiera cambiar en él tomaría sentido a su alrededor. Probablemente lo que le molestaba de los demás era lo primero que debía mejorar en sí mismo. Su visión del mundo era al mismo tiempo de sí mismo y así lo había aceptado. El universo conspiraba para otorgarle sus deseos. Si llegaba a determinarlos con precisión, éstos serían sus aliados y podría enfrentarse a mil batallas sabedor de que era su decisión y la sabiduría que adquiriera bien pudiera ser el conjunto de las heridas recogidas durante el camino. Era su reto.
      Hacía tiempo que disfrutaba turismo hacia su interior; vivía sólo, pero no aislado. Apartaba tiempo para el silencio, pero no era insociable. Cuestionaba sus aprendizajes anteriores, porque estaba haciendo sitio para estrenar otros nuevos. Mesuraba su habla, porque quería un dialogo interior preciso y sincero.
      Quería rescribir sus percepciones, creativas, abiertas, lejos de limitaciones... porque quería acceder a una comprensión que llevara como abanderada la gratitud. Era sabedor de que la Ley de generación implicaba respeto y conllevaba generosidad: todo lo que diera, a él mismo se lo daba, y todo lo que quitara  a él mismo se lo quitaba. El dolor que llevase sería el amor que negara. Su propia salud sería el referente para evaluar su equilibrio y su buen hacer. Su compromiso no resultaría en balde.
      Los Principios Universales conspiraban con él.

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“Todos los encuentros con otras personas
 son experiencias
 y todas las experiencias
 son relaciones para siempre.”
 Marlo Morgan

      Al leer o escuchar a otros maestros no podía menos que reconsiderar sus pasos, sus anhelos y desvelos. En medio de sus reflexiones su ángel le susurró que releyera unas frases de Paulo Coelho del “Manual del guerrero de la luz”, que le invitaban a poner los pies sobre el suelo:
      “Los guerreros de la luz mantienen el brillo en sus ojos.
      Muchas veces son cobardes.
      No siempre actúan acertadamente.
      Sufren por cosas inútiles; tienen actitudes mezquinas.
      A veces se juzgan incapaces de crecer.
      Frecuentemente se consideran indignos de cualquier bendición o milagro.
      No siempre están seguros de lo que están haciendo aquí.         Muchas veces pasan la noche en vela, creyendo que sus vidas no tienen sentido.
      Por eso son guerreros de la luz. Porque se equivocan. Porque preguntan. Porque buscan una razón y con seguridad la encontrarán.”
      Generación de equilibrios.

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“El alma es el espejo
 de un universo indestructible.”
G. W. Leibniz

      Considerando que era una enseñanza a tener en cuenta, apostó por la reflexión, seleccionando las enseñanzas de otros maestros, en reconocimiento y gratitud a su labor:
      “Lo que ves es una evidencia de lo que crees.
Cree en ello y lo verás.”

      “Todo tu comportamiento es el resultado
de los pensamientos que lo han precedido.”

      “¿Eres parte del problema o parte de la solución?”

      “Cuanto más vincules tu valor y tu humanidad
a las cosas que están fuera de ti,
más darás a estas cosas el poder de controlarte.”

      “Tres cosas entorpecen tu alma:
negatividad, juicio y desequilibrio.”

      “El compromiso interior con tu propia excelencia
 es el material del cual están hechos los milagros.”

      "La abundancia fluye cuando
amamos lo que estamos haciendo.”

      “Examina lo que crees que es imposible
y luego cambia tus creencias.”(1)

(1) El camino de la perfección Wayne W. Dyer Ed. Grijalbo Mondadori 1995



(Extraidos del Libro: “Volar sin batir las alas” de Miguel Oller Gregori)
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