─Amuyuni ¿qué puedo hacer para evitar el resentimiento?

─¿Re-sentimiento? ¿Estar anclado a un sentir, a un recuerdo?

─Cuando me sucede algo desagradable, una mala noticia o me hacen alguna mala pasada, le doy vueltas y más vueltas, con el…"porque ¿…y si…?"

─Entiendo. Intentas masticarlo para digerirlo.

─Algo así.

─¿Notas si ese resentir se transforma en miedo, enfado, rencor, odio…?

─Sí, eso es, lo vivo como una amenaza… y me atenaza, valga el pareado.

─Admiro tu sentido del humor.

─Es paralizante. No puedo dejar de pensar en ello. El reconcome no me deja ni dormir.

─¿Se te altera el ritmo cardiaco? ¿Respiras más superficialmente?

─…Creo que sí.

─¿Tan importante te crees para permitirte ese lujo?

─Es instintivo, recurrente. No lo puedo evitar.

─Puedes… si sabes y quieres.

─¿Cómo?

─Cuando empieces a resentir se consciente. Observa tu respiración, concéntrate en ella, escúchala.

      Un silencio de reconsideración dio paso a una posibilidad.

─Puedo intentarlo.

─No será suficiente. Pero puede ser un primer paso.

Cuando el mensaje del malestar llega a ser consciente, el permiso del alma reconstruye el puente.

      ¿Para qué maldices la oscuridad mientras enciendes una vela?