─Amuyuni ¿Qué opinas del “Tanto tienes, tanto vales”?

─ “Lo mucho es poco con tan solo desear un poco más.” decía un sabio.

─¿Niegas que el bienestar lo da el que no te falte de nada?

─La cuestión no es ver lo que tienes, sino lo que crees que te falta. La insatisfacción, el deseo para taponar tus agujeros.

─Me centro más en la satisfacción de poder disfrutar lo que poseo.

─¿Eso crees? ¿Y qué me dices del camino para poseerlo?

─Pongo más fe en el qué, que en el cómo.

─Lo importante, debes saber, no es lo que tienes, sino lo que haces con ello.

─Ya te lo he dicho, obtener satisfacción, bienestar.

─¿Qué, sin cómo?

─Me da igual. Sé lo que tengo, lo que consigo y por qué lo poseo.

─Aprecio lo mucho que crees que sabes. ¿Has pensado en el para qué?

─Hablemos de ti. ¿Qué tienes? ¿Para qué?

─¿De qué te defiendes? Sólo estiro del entendimiento.

─¿Te da igual todo?

─"Todo" es demasiado ¿Generalizas? ¿Qué posees valioso?

─¿Y tú?

      Observando el derrotero de la conversación Amuyuni entiende el recelo, la desconfianza, por ello cierra los ojos y guarda silencio.

─A propósito ¿Qué opinas del "tanto vales, tanto tienes"?─le recuerda Amuyuni.

      Su interlocutor lo miró, sonrió con cierta condescendencia se dio la vuelta y siguió su camino sin volver la vista atrás.

      ¿Para qué te engañas confundiendo mapa con territorio?