El Despertar se asemeja a un ave que quiere remontar el vuelo. Los sueños nos mantienen sujetos a ese descanso que llamamos dormir. Despertar implica tomar una nueva conciencia. Abrirse a la consciencia de nuevos paradigmas. Despertar es renunciar a la ceguera. El vuelo que representa el dibujo queda configurado en un ave sin cuerpo, en unas alas sin forma, desplegadas a un cielo indefinido. Una mariposa atrapada, hacia su vuelo del despertar. Un ave que más que volar se funde con el viento, en el equilibrio del fluir, buscando la esencia del vuelo. Despertar es aceptar abrirse a nuevas expectativas. Despertar es volar más allá de los sueños. Despertar es levantarse al cielo, es abrirse a la esencia de la existencia. Al equilibrio de yin y el yan. El Despertar que nos sugiere es la indefinición del vuelo de las ideas, del sentirse acariciado por el vuelo del pensamiento. El Despertar es una apuesta a dejarse balancear por lo imposible, a volar sin rumbo, sabiéndose dirigido más allá de las formas, convencionalismos y deseos.