PINTOR DE LÍNEAS

PINTOR DE LÍNEAS

(Imagen creada por los autores de la web)

      Distraídamente se situó ante el lienzo. Intentaba captar la solidez del marco. Se deja impregnar de la blancura y nitidez. Es un mirar para empezar ver. Cierra los ojos, llama a la inspiración. Ésta se resiste. Escucha a su alrededor, dándose permiso para adentrarse. Sabe que para ver en el exterior es notable abrirse al interior. Llama al ritmo pausado de la inhalación, a la armonía, a la tranquilidad, al sosiego, para abrirle camino al equilibrio y la ecuanimidad. No es la primera vez que se enfrenta al ritual de crear. No se conforma con cualquier cosa, hay que rescatar el alma de la idea, dejarse pellizcar por la intuición, adentrarse en los ignotos parajes del despertar. Quería sintonizar con la sutileza del simbolismo, del mensaje, de la "belleza". Muchas de sus anteriores obras tenían un factor común: las líneas. Dibujaba, pintaba líneas. Buscando el equilibrio intentaba conjugar las curvas y rectas. En su interior resonaban las palabras del ilustre filósofo Séneca: "De qué te sirve saber lo que es una línea recta, si no sabes lo que es la rectitud." Su alma quería acercarle a la curva, sin apartarle de las recta. Se decía que al fin y al cabo una circunferencia era una poligonal cerrada por infinitas rectas. No obstante se le insinuaba que, lejos de percepciones no era la apreciación de la visión lo que contaba. Sino la de los sentimientos. Las líneas eran precisión; lo rectilíneo impregnaba rigidez, las curvas flexibilidad. En su interior su intuición le susurraba lo que ambas tenían en común: el punto. Conectado a su respiración se sugiere sondear el mensaje, acercarse a la esencia. El Todo es Uno. Atisbos de confusión le zarandean. El ciclo inhalación exhalación se le agita. Se percata y decide retomar el ritmo. Se le sugieren intenciones, propósitos, deseos… Con el arropo del silencio abre pausadamente los ojos. Los entorna fijando su atención de nuevo en el lienzo. Cree haber descubierto qué le impelía a lo rectilíneo: la desconfianza, la incertidumbre, la intolerancia, la rigidez… Buscaba en esencia el alma de la rectitud. Se abre a la consciencia para aceptar que eran los puntos los que conformaban las líneas.

      Comienza a dibujar puntos, muy juntos. Una espiral comienza a configurarse, sin propósito, sin apego. Sigue el aleteo de la Providencia a conectar más allá de conceptos, abriendo una puerta al entendimiento de su nivel cognitivo.

      ¿Para qué la belleza es poliédrica?




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