¿PENSAR EN...?

      ¿Cuán cerca estás de tus pensamientos?

      A veces pensamos que pensamos. Nuestros procesos cognitivos siguen pautas, como los ordenadores (que contienen una unidad aritmético- lógica) sujetos a unos algoritmos que establecen decisiones, basadas en criterios y prioridades.

      Pensar según las definiciones es formar o combinar ideas en la mente. Formar ideas y representaciones de la realidad en la mente, relacionando unas con otras. Considerar un asunto con atención y detenimiento, para formarse una opinión o tomar una decisión. “Pensar constituye una serie de procesos mentales por medio de los cuales se comprende, reflexiona, analiza, argumenta, se crean y recrean realidades, se construyen y reconstruyen significados, se conoce y se vive. Dichos procesos se pueden desarrollar y perfeccionar con la práctica.” Observamos en esta definición conceptos como “mente”, “representaciones de la realidad”, “procesos mentales”… de dudosa conceptualización.

      Reflexionar, meditar, razonar, mentalizar, cavilar, rumiar, masticar (en sentido figurado) concebir, proyectar, idear, analizar, discurrir, examinar, estudiar, considerar, estimar, juzgar, conjeturar, elucubrar, especular, suponer, deducir… son aproximaciones a lo que llamamos “pensar”. Pensar bien, pensar mal, exagerar, generalizar, enjuiciar, valorar, criticar… ¿son procesos cognitivos conscientes?

      Un día el abuelo preguntó a su nieto de corta edad pero alma vieja, al observarle cabizbajo y pensativo: ¿Estás bien? Ante la respuesta negativa le inquirió: ¿Y qué estás haciendo por cambiarlo? Entablando así una delicada conversación.

      ─Abuelo ¿las apariencias engañan?

      ─A veces. Pero lo que nos engaña son nuestras expectativas sobre lo que observamos.

      ─Me esfuerzo por caerle bien a la gente.

      ─Mientras no quieras caerle bien a todo el mundo, la cosa no es grave.

      ─Creo que tengo problemas con la escala de valores. La bondad se me escapa por la frontera.

      ─Juzgamos según nuestro patrón de pensamiento, encorsetado de prejuicios y creencias endebles. Los valores pueden tener muchas lecturas. Habrás oído: “Haz a los demás como te gustaría que te hicieran a ti”. Incluso lo que te gusta es poliédrico. Por eso hace falta añadir algo más: “No consientas que nadie te haga lo que tú no estarías dispuesto a hacer a otros.”

      ─Entiendo… Me preocupa también la falta de sinceridad de la gente.

      ─Generalizas. Todos mentimos, pero no somos conscientes del porque. Si lo descubres ya no tendrás esa preocupación. Pero empieza por ti.

      Para tener agua en verano tienes que aceptar el frío de la nieve en invierno.

      ─Abuelo ¿a tu edad no sientes el peso de los años?

      ─Pregúntate: ¿Si vamos a morir, de qué sirve vivir? Con daños y reaños pasan los años, se dice. La conmiseración, el lamento y la culpa son pobres excusas.

      Un cruce de miradas zanjó el diálogo.

“Hay que tener mucho cuidado

 con lo que se cree saber,

porque detrás se oculta

 una cadena interminable de incógnitas.”

José Saramago