Audio-06-"¿Cuándo se deja de pensar?"

Audio-06-

"¿Cuándo se deja de pensar?"

¿CUÁNDO SE DEJA DE PENSAR?

 

      Hoy día, en donde la alienación hace estragos, nos preguntamos dónde, cuándo y por qué se perdió el camino… aunque realmente no lo había. "Se hace camino al andar". No vamos a generalizar sobre deberíamos, podríamos, habría que, cabría… y otros potenciales. Ese supuesto sendero se recorre unas veces durmiendo y soñando y otras en cortas vigilias. ¿Para qué?

      Cuando el propósito es humo y la expectativa nebulosa nos hace dudar de nuestros pensamientos y adónde nos encaminan. ¿Dónde radica el barranco invisible que separa el equilibrio del desequilibrio?

      Las dis-tracciones, la falsa apariencia de seguridad, el tratar de equilibrarla acumulando posesiones, simulando bienestar, acallan las conciencias. No obstante el precio que se paga es darle alas a la inconsciencia. El descontento, la desconfianza y la desesperanza reclutan para una guerra cuyo principal enemigo es uno mismo. La ceguera, que se justifica con generosidad, es conmiseración, rendición y resignación.

      El camino a veces es sobradamente visible, pero se prefiere ignorar. Se cuenta que el doctor José de Letamendi, catedrático de Patología de la universidad de Barcelona recalcaba que un buen médico no debía sentir repugnancia de sus pacientes, además de tener un buen ojo clínico, que no rivalizara con el sentido común. Dos pilares fundamentales para ejercer una profesión de riesgo… para los enfermos. Al efecto de que sus premisas quedaran suficientemente grabadas en sus alumnos, se los llevó a la morgue, para ilustrar ante un cadáver lo importante de vencer la natural repugnancia y practicar el ojo clínico. Les dijo a tal menester que hicieran rigurosamente lo mismo que él. Así que introdujo el dedo índice en el ano del cuerpo para acto seguido llevarlo a la boca. Los alumnos haciendo todo el acopio posible de resignación trataron de vencer la colosal repugnancia, repitiendo el proceso indicado. Cuando todos hubieron demostrado su "capacidad" don José de Letamendi les resumió que habían superado la primera parte de la prueba, pero en lo tocante al ojo clínico andaban deficitarios, por cuanto ellos habían utilizado el mismo dedo para sendas actuaciones y él se había servido de dos: uno para introducirlo en el cadáver y otro para llevarlo a la boca.

      Eso que llamamos conocimiento sólo es productivo, cuando es el resultado de que la expectativa esté en consonancia con los procesos de pensamiento que llevan al logro. Cada proceso cognitivo lleva pareja una intención. Cuando hay consonancia entre esos procesos, el motivo que los genera y la intención se habla de congruencia.

      Las constantes contradicciones entre lo que se piensa y lo que se hace, ponen en entredicho la racionalidad. El precio por engañarse a uno mismo, consciente o inconscientemente, es alienarse, evitando despertar y afrontar las consecuencias de los pensamientos, decisiones y… consecuencias, desdeñando la responsabilidad. Esta dinámica abre ventanas, nuevos procesos para reconducir el pensar a encontrar soluciones, sin lamentos o culpabilidades.

      No hay pensamientos imposibles…

 

 

"No hay sueños imposibles,

tan sólo nuestra limitada percepción

 de lo que es posible."

 Beth Mende Conny

Share by: