Audio-12-"Pensar a lo grande"

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"Pensar a lo grande"

PENSAR A LO GRANDE

 

      En la mitología griega, Sísifo representa un personaje singular, una metáfora del devenir del ser humano, no tanto por su destino, sino por su oportunidad. Recordar que por sus afrentas a los hombres y a los dioses se le privó de la vista y condenó a empujar permanentemente una pesada roca montaña arriba hasta llevarla a la cima, para dejarla caer y seguir el ciclo.

      Esta parábola, disfrazada de mitología, es un compendio de evolución, no solo física, sino mental y espiritual. Es una "condena" enfocada en la oportunidad. El subir la piedra es el ciclo de reencarnaciones. En la ascensión se modelan valores, emociones, estados afectivos… aunque se maldiga el destino. Nacer, morir, para renacer y "remorir". El mensaje permanente de que lo que le acontece al cuerpo lo sublima el Espíritu, enalteciendo, de regreso, el estado material. No es el hecho en sí, sino el fluir, con todas sus posibilidades lo que engendra la necesidad de la Existencia, la excusa para que el Alma se ensanche. Los padecimientos y alegrías configuran la Esencia. Todo cumple un propósito y se aprende tanto más del esfuerzo y las penas, que de las forzadas alegrías. Es consciente de su ceguera, pero sabe que lo auténtico escapa a los ojos y entrena una forma de ver con el corazón. Se hace consciente de que era parte activa del Universo Mental de la Existencia. Aspiraba a despertar.

      Sísifo no es consciente en sus primeras etapas de los altos designios, más bien maldice su suerte, centrándose en lo inmediato. A medida que su despertar se va haciendo consciente, comienza a entender sus sueños; acepta y se transforma, evita negar para desprenderse del sometimiento y sentir libertad. Al principio se resigna, con el tiempo lo acepta, liberándose de la sumisión y transforma su lucha en crisol. El bien y el mal se disfrazan sin recato. En su ascensión evolutiva, antes de llegar a la cumbre, exhausto, calibra el valor de su esfuerzo, no el coste; pule sus percepciones, abrillanta emociones, ennoblece su actitud y comprende. Da gracias por su suerte al Ser, sin pretenderlo, la forja de su destino. Escucha el eco de la impecabilidad que le reclama. Contempla los ciclos y se dice: Soy el que Soy. Soy Uno en el Todo.

      En Valencia, ciudad española, se queman cada 19 de marzo las Fallas, monumentos de cartón, madera y plástico, de diversa envergadura, modelados durante todo el año. No es raro oír comentarios de turista sobre el para qué crearlas si van ser pasto del fuego. ¿Para qué vivir si vamos a morir?

      Sísifo, en su reiterativo ciclo, no pensaba solo en el principio y el final, porque escuchaba el cuchicheo, carcajadas y enfados del viento, el canto de las aves que le insinuaban que estaban contentas porque cantaban y que cantaban porque estaban contentas, olía el quejido de las hierbas que pisaba en su ceguera, al desprender su olor, la caricia de las gotas de lluvia… zarandeos de la existencia. Entre los instantes que conforman la vida se suceden un aparente principio y un quimérico final y en medio un propósito, cargado de emociones, pensamientos, decisiones y consecuencias.

 

 "Lo que aceptas te transforma;

lo que niegas te somete."

C. Jung


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