Percepción:

      Como un árbol conformando un todo, la percepción necesita de raíces, tronco, ramas, hojas, flores y frutos. Un viejo aforismo afirma que no vemos las cosas como son, sino como somos nosotros. ¿Cómo hemos llegado a ser como somos? Un árbol sin tronco vería muy mermada su estructura, como un vertebrado sin esqueleto. Nuestra manera de percibir está influenciada per prioridades, criterios, educación, principios, creencias… Los aprendizajes vienen en función de lo que observamos y las respuestas que damos a ello al respecto de nuestras experiencias. Se dice que el 70% de lo aprendido ha entrado a través de los ojos. Nuestros filtros le dan forma y en la medida que sirve a nuestros intereses o nuestra integridad se responde a los estímulos exteriores. Hay muchas maneras de mirar, de ahí los ojos repartidos por toda la estructura arbórea. Todo está ligado porque cumple en esencia un mismo propósito: preservar la supervivencia. Las distintas líneas entrelazadas simbolizan la estructura dinámica de los procesos de pensamiento a resultas de los estímulos externos. Equilibrio, armonía. Todo conforma una unidad. Las líneas verticales simbolizan su conexión con el cielo y la tierra. Los colores morado y verde también simbolizan el espíritu y la vida, dando uniformidad a la expectativa de la esencia de la existencia. Intentando conectarse con cuento nos rodea, la percepción nos aproxima a eso que llamamos realidad, aunque pueda ser poliédrica.

Convicción:

      En el dibujo lo que primero llama la atención es el equilibrio, al cual apuntan las distintas formas pentagonales entrelazadas. Círculos y polígonos. Rectas y curvas determinan el todo, sin perder de vista la unidad. Los diez símbolos que las rodean conforman un todo, la totalidad. La convicción, la creencia, la fe, beben de la experiencia y viceversa. En la toma de decisiones cobran forma nuestra manera de entender, de apreciar… nuestros objetivos y prioridades, que abren paso a las actitudes y comportamientos. El convencimiento no es algo cerrado. Como en una circunferencia son su infinidad de puntos los que configuran su estructura. La referencia es un centro, del cual equidistan los puntos de su línea curva y cerrada. De ahí la forma circular de dibujo. Esa forma circular indica equilibrio, sin perder de vista el centro: la esencia. La existencia cubre muchos propósitos (los diez círculos que circunvalan los pentágonos, simbolizando la vida). La fe mueve montañas. Las convicciones son la antesala de la fe. Las creencias sostienen el entramado (en el dibujo las cinco estrellas de cinco puntas). No son inalterables. Las convicciones apuntan a certezas, como las estrellas de cinco puntas, aunque también haya estrellas de seis puntas o de siete…