Audio-15-"¿Obrar primero y pensar después?"

Audio-15-

"¿Obrar primero y pensar después?"

¿OBRAR PRIMERO Y PENSAR DESPUÉS?

 

      A veces sale a la palestra el temperamento, temple y un contrario como la pusilanimidad. El carácter, fuerza, entereza y unos antónimos, apocamiento, timidez. El talante, carisma… Si tomamos en cuenta la parte negativa que conlleva el comportamiento, actitud, personalidad nos encontramos con cortedad, flojedad, retraimiento, desánimo, poquedad, frente a lo positivo como valentía, entereza, gallardía, arrojo.

      El pensar está comprometido con el actuar. ¿De dónde procede la impulsividad? Básicamente de obrar antes de valorar consecuencias. ¿Y la pusilanimidad? De no atreverse a obrar por temor a repercusiones.

      "Tu personalidad es lo que te hace ser tú mismo", solemos oír. ¿O quizá es al revés? De todas formas es una afirmación gratuita, sin mucho vuelo. Cuando navegamos entre la actitud observamos patrones que rayan en la inconsciencia: atolondramiento, imprudencia, impulsividad, rabia, furia, furor, ira, cólera, arrebato, fiereza, saña, venganza, vehemencia, acometividad, ofuscación, obcecación, tozudez, soberbia…

      También hemos oído: "Es tu actitud y no tu aptitud lo que determina tu altitud", incidiendo en el valor de la ponderación en las decisiones. Y por qué no: "Aptitud y actitud determinan tu altitud".

      Se cuenta que un comercial de zapatos enviado a buscar mercados nuevos llegó a una isla. Casi inmediatamente se dio cuenta de que todos sus habitantes iban descalzos, nadie parecía necesitar zapatos. No indagó más y telefoneó a su empresa para notificar la situación y su salida de la isla, ante un previsible nulo negocio. Ante la parquedad de la respuesta el gerente no pudiendo dar demasiado crédito envió a otro empleado que al poco de llegar telefoneó con un mensaje bien diferente: "Nadie lleva zapatos aquí. Envíeme, por favor, lo antes posible, dos mil pares, porque aquí van a hacer falta."

      ¿Qué motivación o expectativa impulsa a tener la visión de la vida de un igualador o de un diferenciador? ¿De un optimista o de un pesimista? 

      Podríamos aventurar una moraleja: "Para poder ver, hace falta mirar, con los ojos abiertos… y la mente despierta."

      En buena medida "El hecho de que seas una personalidad no significa que tengas personalidad", apuntaba Harrey Keitel, en la línea de que no sabemos quiénes somos, pero creemos que sí: lo que pensamos, según credos y expectativas.

      "Dos hombres miran hacia el exterior a través de los mismos barrotes; uno ve el fango, el otro, las estrellas", decía Frederick Langbridge. Insistiendo en la misma dinámica Antón Chéjov afirmaba: "El hombre vulgar espera lo bueno o lo malo del exterior; el hombre que piensa lo espera de sí mismo". Incidiendo en el equilibrio del pensar antes de obrar, David Carradine apuntaba: "Dos cosas pueden destruir al hombre: una fuerza exterior y una debilidad interior".

      ¿Para qué obrar y después pensar?

 

 

           "Son nuestras elecciones

 las que muestran lo que somos,

mucho más que nuestras habilidades."

J. K. Rowling


Share by: