Consciencia

Consciencia

"Para el que mira sin ver,

mucho "se parece a";

para el que sabe,

mucho es redescubrir."


(Imagen creada por los autores de la web)

      Amuyuni es objeto de interpelación sobre la consciencia.

─Me cuesta concentrarme. Los pensamientos saltan como una cabra en la montaña, o como un mono en la selva.

─¿Cómo lo vives?

      La perplejidad por la pregunta obliga a un silencio para la reconsideración.

─Darte cuenta ─continúa Amuyuni─ es un paso importante. Ten en cuenta que el que hace lo primero que piensa, no piensa lo primero que hace.

─Intento ocupar la mente, dirigiendo la atención a una cosa, a una línea de pensamiento, pero la frágil concentración se esfuma, pasando de un tema a otro, un tanto compulsivamente.

─Entiendo. La mayor parte del funcionamiento de nuestro cuerpo es automático, reactivo, sigue un proceso y coordinación, más allá de la consciencia. Nuestra intención afecta poco a este proceso. Las células se reproducen automáticamente, el corazón sigue su bombeo, el flujo de glóbulos rojos sigue su patrón, el riñón depura…

─¿Quieres decir que la concentración a nivel consciente es complicado?

─No me has dejado terminar. Nuestros procesos cognitivos en buena medida son como actos reflejos. No siguen un orden establecido. Así que…

─Pero, eso es un arma de doble filo… ─contestó sin dejar terminar el aserto.

─No todos los pensamientos son pensados.

─Soy consciente de que la inconsciencia gobierna ─contestó en plan de sorna.

─Sí. La mayor parte del tiempo vamos en navegador auromático. Somos aficionados, en la toma de decisiones. Nos cuesta mantener la atención.

─¿Para qué?

─No pensarás que lo sé todo… ─le sale al paso.

─Entonces ¿cómo podría evitar ese "descontrol".

─Aplica el camino del desandar: practica el silencio, cuida tus palabras, mantén a raya tus prejuicios y evita lamentarte y buscar culpables. Para ir haciendo boca es más que suficiente. Dentro de diez años podemos valorar cómo te ha ido.

      Su interlocutor levanta las cejas con asombro. Ambos sonríen. Nada es más provocador que una tarea casi imposible.

      ¿Cuánta comprensión es necesaria para vencer los malestares?

 


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