Extractos.-07-
"Metáforas al desaprender"
Como contrapunto a una constante alienación, "Metáforas al desaprender", es la contribución a incidir, a través del simbolismo didáctico de los cuentos y diálogos, a una toma de consciencia, premisa para un desaprender.
A través de las citas, refranes, aforismos, frases y dibujos se refuerzan desde la intuición claros mensajes al subconsciente. Las citas son un recordatorio y reconocimiento al saber ancestral de otros seres humanos en pos del conocimiento. Los dibujos, a través de su simbolismo, pretenden reforzar el entendimiento intuitivo, por aquello de que una imagen vale más que cien palabras.
Las emociones, comportamientos y sentimientos son el centro de interés con notable protagonismo, "Somos lo que pensamos", reza un aforismo. Se pretende incidir en alertar a la conciencia a través de esos pellizcos del saber, desde la perspectiva de valorar hábitos y ser conscientes (darse cuenta de los pensamientos) de las estrategias reactivas al enfocar decisiones. Así el primer paso se convierte en la voluntad de comenzar a ser dueños de una parcela de libertad, en el camino de la impecabilidad. Consciencia y estrategia.
Las fugas de poder más importantes radican en el dejar que otros nos piensen, incidiendo en credos, rutinas y distracciones. Nuestra manera de enfocar las emociones y pensamientos es la llave de la determinación a cribar los deseos.
Si este libro ha llegado a tus manos es muy posible que tu grado de vibración esté sintonizando un nivel de comprensión acorde con tus necesidades. Todo sigue un proceso. El chiquillo en la escuela básica probablemente no haya llegado a degustar el álgebra o la trigonometría, pero llegará un momento en que sus avances y conocimientos se las reclamen.
Una lectura detenida ayuda a conectar con la esencia del despertar, que permite viajar hacia el interior en la búsqueda del encuentro contigo, apartando velos que permitan ver con claridad y propósito.
Protagonista de algunos cuentos y diálogos es Amuyuni, que no es maestro, ni guía, ni profeta, tampoco enmarca un sexo. En el lenguaje aymara, Amuyuni, es esencia de entidad con ideas, que es consciente, que recrea raciocinio, cuestionando creencias para reconducirlas al fin propio de la persona, con capacidad para responsabilizarse de sus decisiones. Es una llamada al necesario diálogo con el Alma, en nuestro peregrinaje por la Existencia.
Las causalidades llevan de la mano a valorar un aprendizaje en pos del conocimiento, para llegar a la sabiduría, base de un equilibrio esencial. Las emociones son el detonante de esa toma de conciencia encaminada a mejorar la salud, derivada de un mayor control de actitudes y comportamientos. Cada aproximación a sintonizar con la Esencia es un grado.
"La única forma de mantener la salud
es comer lo que no quieres,
beber lo que no te gusta
y hacer cosas que preferirías no hacer".
Mark Twain
(…)
"La seguridad es, básicamente, una superstición."
Helen Keller
DESPEREZÁNDOSE no DESESPERÁNDOSE
Mientras meditaba, entre el trance y la somnolencia, con una pregunta en la mente: ¿cómo afrontar el despertar? Amuyuni se vio en medio de un profundo barranco, estrecho, con muy altas y escarpadas paredes. Miró hacia adelante y apenas alcanzó a una veintena de metros, los recodos no permitían trascender más allá; quiso contrastar y dirigió su mirada hacia atrás, con el mismo resultado. ¿Dónde se encontraba? Fue su primera incógnita. Observó con detenimiento las irregulares y pronunciadas pendientes que lo flanqueaban, inexpugnables, amenazantes. Respiró hondo intentando serenarse. Otra pregunta le asedia ¿cómo había llegado allí? Su mente no encuentra respuesta. Hace un esfuerzo por rememorar sin ningún resultado. Le llama la atención además el pegajoso silencio, sólo alterado por algún graznido y el juguetón silbido del viento. Siente el sobrecogedor sentimiento de soledad e impotencia. Olfatea el aire pero apenas percibe un suave aleteo entre humedad, tierra y vegetales. Abre los ojos intentando serenarse y se escucha: ¡despierta, tu Esencia te reclama! La perplejidad le sume en la incertidumbre. Mira al cielo y ante la penumbra de las nubes eleva un profundo suspiro; observa sus pies, esboza una sonrisa mientras levanta los hombros, entre resignación y conformidad. Se recuerda que el éxito de cualquier empresa implica nunca desanimarse. Se consuela. No sabe dónde se encuentra y duda si gritar o llorar. Vacila entre avanzar o retroceder. Una pequeña inclinación descendente le sugiere seguir en esa dirección, la del discurrir del agua. Asume su decisión, que parece arroparle. Dirige su atención a mirar la hora, pero observa que no lleva reloj. Aunque se siente ligero le pesa la confusión. Quedarse a esperar no era opción. Desestima trepar por las ásperas pendientes, demasiado accidentadas para una escalada inexperta. Valora de nuevo sus opciones y se reafirma en su decisión. Con sombría decisión da los primeros pasos, con cierta aprensión, abrumado por el escenario y bajo el empuje de la contrariedad, con las mismas preguntas flotando en su mente. Cada recodo le invita a mirar atrás, simplemente para cerciorarse de que avanza. Cuestiona de nuevo la opción de la ascensión, desestimándola sin reparo. Sigue caminando. Decide canturrear quizá por aquello de que el que canta su mal espanta, escuchando el distorsionado retumbe del eco. Observa que respira superficialmente. Intenta calmarse, apenas lo consigue. El tiempo parece detenido, pero sigue hablando, mientras maldice algún contratiempo. Sigue su derrotero y, mientras, la pregunta inicial orbita una respuesta: ‘camina’. Al poco otro empujón: ‘sigue’. Se debate entre el desánimo y la duda. Busca entre los resquicios de la coherencia del destino y otro pellizco le asalta: ‘continúa’. ‘El despertar es aceptar que estás durmiendo y en vigilia a la vez', se escucha. Tropieza: ‘atención’. Mira el cielo, parece más oscuro. Respira con dificultad. No ve el final. De pronto escucha voces. Grita. Se hace oír; contacta con otros caminantes arriba. Se hacen eco de su situación, le dan indicaciones. Siente redoblado el ánimo y sigue el consejo. ‘Tu despertar es un paso a la consciencia de seguir a tu Esencia’, escucha entre el silencio’. Cierra los ojos y siente la liberación de entre los brazos de Morfeo. El recuerdo del soñar se le hace confuso, pero desentraña el mensaje. Al desperezarse acepta qué es la voluntad de ser consciente.
¿En dónde se establece la frontera
entre la consciencia y su ausencia?
(…)
"No hay camino para la paz,
la paz es el camino."
Mahatma Gandhi
PAZPAZPAZ
─Amuyuni, se habla mucho de la paz. ¿Es posible encontrarla? ¿Qué yo tenga paz? ¿Qué la tengas tú?
─Te sorprenderías, si cuestionamos el concepto, con qué ligereza hablamos de estos conceptos: felicidad, justicia, libertad… Creemos saber de qué estamos hablando pero… es como tener una brocha empapada de verde y querer pintar la niebla.
─Ausencia de guerras. Armonía entre las personas… ausencia de disputas, sosiego…
─Afina un poco más.
─Cuando estamos tranquilos, seguros, sin confrontaciones.
─Hablas de un estado. Sólo los muertos lo poseen. No obstante, analiza ¿de qué depende?
─Como la canción… “según como se mire todo depende”…
─Bien. Ahí andamos, seguimos juntos.
─Contestando a tu pregunta, creo que del propósito que rige nuestro comportamiento.
─Muy profundo. Sigamos ¿de qué dependen tus hábitos, actitudes y comportamientos?
─De lo que valoramos. De nuestros credos y creencias. De lo que defendemos o juzgamos…
─¿Quién decide sobre las creencias, sobre los prejuicios o sobre lo que queremos o deseamos?
─Nos formamos ideas, ilusiones, convicciones… y nos movemos a su compás.
─¿Qué las determinan?
─ La cadena no es culpable de la falta de libertad.
─Has llegado. No sabrías qué es la salud sin la enfermedad, ni lo blanco sin lo negro… La guerra puede ser una excusa para justificar la paz.
─Muchas creencias son contradictorias y, con la intención de hacer prevalecer las nuestras, abogamos por la confrontación.
─En efecto. En todo momento piensas en "Yo" y "los demás". Una opción sería pensar que somos Uno. ¿Qué justifica el sectarismo, el dogmatismo, el fanatismo? ¿Qué impide el respeto y la tolerancia?
Las preguntas flotan en el aire. Ambos se miran. La unión hace la fuerza, se dice, necesaria para una simbólica paz interior… y exterior.
¿De qué presumes si deseas la paz
y te preparas para la guerra?
“Se dice que lo que todo el mundo sabe
no se reconoce como sabiduría.”
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