Extractos.-06-
"Abecedario del alma"
El individuo, con su compleja percepción de la vida social, vive sometido, a pesar de todo el despliegue educativo, al analfabetismo emocional. No queriendo pecar de pesimista hay que convenir en su favor la gran complejidad que acecha.
Nuestro enmarañado entramado social enfrenta al ser humano a un reto difícil de afrontar. El dilema contempla el mundo del Yo al respecto del entorno social, con cambiantes paradigmas. No tan lejos quedan los modelos sociales que ya son pasado. Hoy, en la era de la comunicación, estamos sobreexpuestos a una constante información y desinformación; el entendimiento particular en cada individuo, a pesar de la enseñanza institucional, suele ser muy precario, gozando de un analfabetismo integral, tanto emocional como cultural. El conocimiento parece ser que ha sobrepasado la sabiduría, entendiendo por ésta el equilibrio entre cabeza y corazón.
Quizá exagerando, la manipulación se disfraza de información, propaganda, como poder en medio de un mundo competitivo. La desconfianza generada se transforma en depredación a todos los niveles, haciendo estragos, minimizando la inteligencia del “nosotros”, subyugándola a la del “yo”. Es muy fácil caer en la generalización de aspectos tan trascendentales, no obstante, aunque las palabras arrojan un buen discurso, el corazón está alejándose del equilibrio y la ecuanimidad.
Al final del libro, en el apéndice, se relacionan “mil” estados afectivos, para testimoniar el gigantesco compromiso que supone llegar a asimilar ese desbordante universo.
Las ciudades van creciendo en detrimento de unidades más sostenibles y las dificultades de comunicación, a pesar del alarde informativo, van en aumento. Estos conflictos de intereses siguen siendo protagonistas de muchos de los problemas que aquejan a nuestra sociedad.
Pudiéramos presuponer que la política, la economía, la sanidad, la “educación” y la justicia son las materias sociales más acuciantes, pero en realidad la más determinante es la manera social de pensar. La política (arte de gobierno), medicina (arte de sanar el cuerpo), educación (arte de transmitir sabiduría para sanar el alma), economía (arte de administrar los recursos), justicia (arte de equilibrar intereses)… tienen un loable propósito y en todos ellos el comportamiento y la conducta, impulsados por las motivaciones y prioridades de los individuos, propician el entendimiento o la confrontación. Son muchas las voces que inciden al apuntar que en la era de la comunicación resulta demasiado arduo poseer una inteligencia emocional solvente.
Cierto es que los tímidos intentos de la instrucción reglada ha hecho poco hincapié en una alfabetización emocional básica. A pesar de los diferentes intentos continúa siendo asignatura pendiente.
El arte de gobierno asume la responsabilidad de poner al mando a personas de notable impecabilidad, para establecer unos parámetros que permitan una sociabilidad equilibrada. Las emociones son el referente de esa exigencia. Mientras la arrogancia, codicia, envidia, temor y la mentira sigan esgrimiéndose con tanto desparpajo, tendremos una sociedad enferma. Abogar por el respeto, empatía, bondad, sinceridad y paciencia es optar por el equilibrio, armonía y bienestar. No olvidemos que el “malestar” que se refleja en el cuerpo, y que intenta subsanar la medicina, no proviene del cuerpo, sino del alma, de ahí los intentos de la psicología o de la psiquiatría.
En el presente trabajo no se establecen dogmas ni se defienden principios, se insinúan opiniones hacia el laborioso despertar. Desaprender, afilar las herramientas de la consciencia y comprensión, es la reconsideración de las creencias, aprendizajes y experiencias para canalizar su mensaje y adentrarnos en el atajo del “conócete a ti mismo”.
Puede resultar ilusorio y hasta contradictorio, pero si se evita mirar el dedo cuando se señala a las estrellas, puede rendirse tributo a la reflexión. Tratar de evitar dejar indiferente es parte del propósito de este libro.
(…)
¿QUIÉN ERES TÚ?
Alguien contestaba con toda seriedad: Ni lo sé ni me importa. Se cuenta que en un examen de filosofía el profesor propuso como único tema a contestar: "¿Por qué?". Un alumno sólo se aprestó a escribir: "¿Por qué no?". Dicen que el profesor lo aprobó. No pretendemos llegar tan lejos.
Nos centramos en la individualidad a sabiendas de que el conjunto que incide sobre ella tiene implicaciones a muchos niveles, tratando de acercar el Yo a la opción del Nosotros.
Cuando a principios del siglo XX se comenzó a estudiar el átomo, aceptando que (a-tomo, sin división, indivisible) no era la infinitesimal parte de la materia. Estaba constituido por unos elementos y éstos por otros, cuestionando así el principio de lo material, de lo físico-químico. Se comenzó a especular que la masa era una manifestación de la energía, pero sigue siendo un misterio el alcance de lo que se entendía por materia. Se estableció una conexión cuando en 1946 Einstein publicaba su famosa ecuación: E=mc2. La energía era el resultado del producto de la masa por el cuadrado de la velocidad de la luz, estableciendo una igualdad entre energía y masa-materia, llegando a la desintegración de los átomos para apreciar su composición y la especulación sobre la constitución subyacente. ¿Qué es la Energía allende sus manifestaciones?
Adelantar que hablamos con mucha ligereza sobre la Energía, cuando apenas sabemos casi nada. Universo, Mente, Existencia, Alma, Dios, Creación, Esencia, Espíritu… son otros sinónimos para intentar conceptualizarla.
La Energía no está supeditada a la substancia, que al fin y al cabo es una manifestación. Cuesta creer que la gran liberación energética de las bombas atómicas cierre el capítulo sobre su manifestación en infinitos niveles.
Un aforismo anónimo reseñaba con pesimismo: "Afirmo sin reservas las cosas más discutibles y me hace mucha gracia que los otros me crean dispuesto a defenderlas."
El objetivo de estas disertaciones no es llegar a concluir realidades, sino estimular y desempolvar creencias. Las verdades, como el "horizonte", pretenden ser líneas donde parece confluir la superficie terrestre y el cielo, observadas desde cualquier punto alejado.
Estudios constantes en el campo de la energía atómica, de la física quántica, lleva a aceptar otras “veracidades” más allá de los elementos (protones, electrones, neutrones, positrones, quantos, fotones…) por su comportamiento interactivo en diferentes planos. Mundos visibles e invisibles.
Siguiendo la estela de la materia como manifestación de energía, podemos adentrarnos al mundo del electromagnetismo. La definición de que la electricidad es un desplazamiento continuo y ordenado de electrones a través de un conductor, se queda corta, obsoleta. El descubrimiento de las ondas electromagnéticas que viajan libremente dio lugar a un milagro que cuesta entender: la radio.
La electricidad bebe de esa misma singularidad: manifestación de la energía. El magnetismo no es la consecuencia de un ordenamiento de los átomos en una dirección. No se puede desvincular el comportamiento del Uno en el Todo. Seguimos la estela de la Existencia.
Los avances en el campo de la informática nos acercan a estimar lo inverosímil de su complejidad. Conductores, semiconductores, cristales, transistores, microchips… llevan a explorar universos que tocan el cielo del milagro. Se apunta a ordenadores cuánticos aceptando otra realidad en el comportamiento de los elementos del átomo. No se habla de encendido/apagado al planificar circuitos; se va un poco más allá: encendido, apagado y encendido-apagado. Parece mágico… y lo es. Aceptando lo infinito de lo incomprensible.
Se especula sobre la incidencia que tendría la utilización de la fibra óptica para trascender la limitación eléctrica. Diferentes longitudes de onda transitando el mismo conductor; ingente cantidad de información circulando en doble sentido simultáneamente.
Se está avanzando mucho en "inteligencia" artificial. Capacidad para tomar decisiones. Todo ello configura un nivel de entendimiento que nos va acercando a conectar con otra “conformidad”, más allá de lo que llamamos “física”. Reafirmando las palabras de Julio Verne: "Cualquier cosa que un hombre pueda imaginar, otro hombre lo puede hacer realidad". Imaginación y realidad, Uno.
"No es fácil hacerse con lo verdadero,
pero sí con lo ilusorio."
(…)
¿CUÁNTOS “MALESTARES” TE ACARREAN TUS “BIENESTARES”, Y VICEVERSA?
Pigmalión y Galatea, de la mitología, puede tener muchas lecturas, cualquiera de ellas es válida para intentar resumir la existencia. Se cuenta que en medio de una fiesta en honor a Afrodita, Pigmalión le pidió de rodillas que diera vida a la obra que había esculpido, Galatea. La diosa le concedió su deseo. El “efecto Pigmalión” también se denomina efecto expectativa, una mezcla entre fe y esperanza. Los deseos se nutren de la intención para acceder a los designios del alma. Conocer su abecedario sitúa el interés en la senda de bienestares.
Mirar al Sol ciega, pero hay opciones para contemplarlo sin sufrir las consecuencias. Las alternativas encarnan decisiones y éstas acciones; las repercusiones, a través del malestar o la enfermedad sugieren vigilar cómo se camina. Mirar y soñar las estrellas nos acerca a entender el Sol, y viceversa, independientemente de que cueste sostenerle la mirada.
Las siguientes pinceladas impresionistas pretenden ofrecer un marco de referencia no vinculante a filosofías, ni dogmatismos. La dinámica del derrotero del despertar, del desaprender, no deja de ser un camino en solitario, libre de prejuicios y sectarismos. Ser consciente de esa decisión deja vía libre a enlazar con el inconsciente, con la intuición, con la convicción del propósito de conectar con la Esencia.
El designio y las causalidades acompañan a la comprensión de los principios que rigen:
Que pensamientos de bondad sean la mejor medicina.
Si alejamos el enfado y sus primos el descontento, el desánimo y la desconfianza, hemos vencido el noventa por ciento de los males.
No se puede evitar que los cuervos revoloteen sobre nuestras cabezas, pero sí que aniden en ella.
Que la impulsividad no sea tu guía. La calma y la paciencia son calzado y báculo.
Agachar la cabeza de los demás no nos hace más altos, pero sí más ruines.
Todo puede ser una medicina o un veneno, dependiendo de la cantidad. Cada paso es una seria decisión.
Que el señuelo de la generalización, por acortar distancias, no sea púlpito para perderse en la divagación o el extremismo.
En un barco hay un timón y un ancla. ¿Para qué?
Nuestro malestar o sufrimiento no depende sólo de las causas externas, sino de la tontería con el que las magnifiquemos.
Que la suerte o la desgracia no te subyuguen, solo son causalidades.
Si las dis-tracciones sorben, te absorben. Ya no eres Tú.
Es interesante evitar lo superfluo para que la necedad de la “necesidad” no empuje a seguir cantos de sirenas.
Que tu despertar te lleve a valorar que, ante la individualidad, la Unidad hace la fuerza.
La expectativa en el futuro es lo que genera preocupación, descontento y miedo, aunque a veces se disfrace de ilusión o de esperanza.
Puedes pretender querer cambiar el mundo, pero no olvides lo cercano de cambiarte tú.
Que muchos decidan hacer las cosas mal, no justifica que obres de la misma manera, es un aliciente para discernir que no es un camino a imitar.
Si tropezamos a menudo es buen momento para observar que los pies no tengan vida propia.
Cuando las dicotomías creen dilemas analiza y busca en dónde queda la frontera que las separa.
Que encender una vela sea mejor opción que maldecir la oscuridad.
Mejor controlada razón, que descontrolada emoción. Donde hay capitán no manda marinero.
La vida que llevamos es la verdadera religión, el credo o la insignia solo es ilusión.
“Escucha tu intuición
cuando las razones se rebelan.”
Uso del portal: El usuario asume la responsabilidad del uso del portal y se compromete a hacer un uso adecuado de los contenidos.
Protección de datos: “Amuyuni.es” cumple con las directrices de la Ley Orgánica 15/1999 de 13 de diciembre de Protección de Datos de Carácter Personal, el Real Decreto 1720/2007 de 21 de diciembre por el que se aprueba el Reglamento de desarrollo de la Ley Orgánica y demás normativa vigente en cada momento, y vela por garantizar un correcto uso y tratamiento de los datos personales del usuario.