¿CUÁNTA ENERGÍA MUEVE LA MENTE?

      Tomamos decisiones amparadas en motivaciones y creencias, que comportan acciones que derivan en repercusiones o consecuencias.

      La cognición mueve procesos, despliega energía. No sabemos el alcance de lo que llamamos "energía"; tampoco de lo que llamamos "mente". Vivimos en un universo mental ¿hecho de qué? ¿y por qué tiene que tener "sustancia"? El ser y el no ser configuran el Todo, que en "realidad" es Uno. La mente no está circunscrita al despliegue cerebral, tiene un alcance ilimitado para sintonizar con otras mentes, más allá de distancias, universos o planos. El cerebro sólo es un canalizador de eso que llamamos "mentalidad".

      Canalizando el enfoque hay infinidad de elementos interseccionados: atención, percepción, memoria, motivación, creencias… implicados en el resultado cognitivo, derivando en temperamento, actitud o comportamiento, suscritos a eso que llamamos despliegue emocional.

      Lo que la psico-logía, la psico-terapia o la psiquiatría intentan concretar son los requerimientos del alma o del espíritu. No sabemos lo que es el Alma, ni el Espíritu, pero nos circunscribimos a sus manifestaciones. No obstante pararse en los efectos no es acudir al fondo de la cuestión, que son las causas. No se puede desvincular los frutos de los motivos que los producen. La medicina "occidental", trata al ser humano como una máquina, yendo a los efectos más que a la causa. La enfermedad es consecuencia de desequilibrios "mentales" (aunque no sepamos el alcance de lo mental), derivados en emociones o estados afectivos. Buscar la salud en las manifestaciones físicas es enmascarar la curación. Tratando de justificarlo la medicina se ampara en buscar medicamentos para equilibrar ciertos desarreglos, sin tener en cuenta su procedencia, resumiendo que somos química. El coche, el conductor y la conducción conforman un polígono indisoluble. Al vehículo, temporalmente, se le puede sustituir una pieza, pero sólo se circunscribe a algo mecánico. La mala praxis del conductor no garantiza una conducción fiable por mucho que la mecánica del coche sea impecable. Eso es psico-logía.

      Las trabas a la comprensión, lo “imposible” sólo son limitaciones autoimpuestas.

      Se cuenta que con motivo de su 95 aniversario, Pablo Casals, el famoso violonchelista fue entrevistado por una joven periodista que le preguntó en estos términos: "Señor Casals, usted a sus 95 años es el más grande violonchelista que jamás ha existido. ¿Por qué todavía practica varias horas al día?" Pablo Casals, conocedor de que el arte no se puede desvincular de la técnica, no pudo menos que responderle: "Porque creo que estoy haciendo progresos". Aceptando que el artista se crea a sí mismo a cada instante.

      ¿Cuánta energía ampara a esa concepción de la belleza? ¿Qué mentalidad arropa esa actitud?

      En el camino hacia la impecabilidad o la excelencia, deberíamos preguntarnos ¿Cuánta energía "positiva" puede mover nuestra "mente", o nuestra mentalidad?

"Todo pasa y todo queda

pero lo nuestro es pasar

 pasar haciendo caminos

 caminos sobre la mar."

 Antonio Machado