¿Nagual? ¿Tonal?

¿Nagual? ¿Tonal?

“Como dos aves doradas posadas en el mismo árbol,

 el ego y el yo, íntimos amigos, viven el mismo cuerpo.

El primero come los frutos dulces y amargos

del árbol de la vida,

mientras el segundo observa con desapego.”

Upanishad Mundaka

(Imagen creada por los autores de la web)

      Como siameses, contemplando, descansando, el Ego y el Yo se miran, se observan de reojo. En realidad son Uno, pero lo aceptan a regañadientes. El pensar independiente los diferencia, pero su destino está unido más allá del cuerpo. "Ego" está más centrado en las diferencias. "Yo" en las similitudes.

Ego: Muy callado te escucho.

Yo: Pensaba, nada más.

─¿Seguro que no quieres comer un poco?

─De momento prefiero contemplar cómo comes tú.

─Observo un poco de arrogancia.

─Y tienes razón.

─Este fruto está dulce. Es un placer.

      (Silencio)

Ego: Comer es necesario. Porque…

Yo: Lo sé… Somos Uno.

─A veces hablo pensando por los dos.

─Y te entiendo.

─La necesidad es la necesidad.

─Con la boca delante y el culo detrás.

─¿Te burlas?

─Esgrimo evidencias. Como aparentas hacer tú.

─¿Te da todo igual?

─"Todo" es demasiado. Evito las generalizaciones. No confundas deseo con necesidad.

─¿Me tomas por tonto?

─No te des prisa en ofenderte.

      (Silencio)

Ego: No todos los frutos son dulces, pero los como.

Yo: Te entiendo.

─¿Condescendencia?

─¿Reticencia?

─Si en realidad me da igual lo que hagas.

─¿Entonces?

─¿De qué discutimos?

─Me invitabas a probar unas frutillas. Te doy las gracias.

─Muy amable. Pero, te sigo notando distante.

─Hablo poco, pero me fijo mucho.

─ Yo también me fijo.

      (Silencio)

Yo: Vivimos el mismo cuerpo.

─Aunque nos separen los sueños.

─Acepto la unidad a la vez que saboreo el desapego.

─En fin… déjalo ─y Ego siguió alimentando el cuerpo mientras Yo observaba con desapego.

      ¿Qué creencias empujan tus realidades?


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